domingo, 11 de diciembre de 2011

ESTA ES NUESTRA LUCHA PORQUE ESTOS SON NUESTROS DERECHOS







La caverna, la mediática y la política, ha emprendido un ataque brutal e injusto hacia los sindicatos, utilizando la demagogia consistente usar la parte por el todo para cuestionar la eficacia de los sindicatos, su utilidad, rentabilidad para las empresas e, incluso, su representatividad.

No sería serio, por mi parte, reconocer que siempre, como en cualquier organización, hay quien abusa de las herramientas de representación. Ocurre en política, ocurre en los representantes de los empresarios y ocurre en el sindicalismo, y sobre eso, no cabe duda, hay que trabajar. De ahí a dar argumentos en el que todos los que nos dedicamos a la tarea representativa lo hacemos con la peor fe es demencial y tiene como objetivo único destrozar la resistencia social de los trabajadores, eliminarles la protección de ser representados por quienes velan por sus derechos para llegar al malvado modelo del acuerdo directo entre patrón y empleado. En este caso, “el acuerdo” es un mero eufemismo, bajo esas circunstancias lo que se produce es la imposición y el chantaje que obliga a renunciar a derechos elementales “porque otro hay esperando en la puerta” El sindicalismo ha sido determinante en la mejora de las condiciones de trabajo del obrero durante la Democracia, la regulación de las vacaciones, de un Salario mínimo Interprofesional, la defensa de la mujer en el mercado laboral, “el derecho” a enfermar sin perder la retribución, la regulación de la jornada máxima…son grandes logros sindicales sin los cuales, nuestras condiciones laborales serían las de generaciones pasadas donde solo existía la obligación al esfuerzo y el derecho, en el mejor de los casos, a la beneficencia. Cuantas veces hemos oído la historia de aquellos mineros que andaban 15 Kms al día de ida y otros 15 de vuelta para trabajar 15 horas y no tenían más que su trozo de pan y si acaso aceite como desayuno que llevaban de regreso a casa para que se lo comieran sus hijos. Esa era la España sin los sindicatos. Los dueños de esas empresas eran muy ricos pero sus trabajadores muy pobres, y como parte de esa riqueza respondía al esfuerzo obrero se luchó porque parte de la riqueza revirtieran en quienes hacían el esfuerzo, al menos, para tener una vida digna. ¿Aquello era creación de empleo? No cabe duda, el principal activo social de las empresas somos los trabajadores, y debemos de creérnoslo porque es verdad.

En estos años he podido experimentar como los trabajadores nos critican a los sindicatos en las empresas donde estamos y como, al mismo tiempo, se nos echa de menos en aquellas donde no estamos para, al menos, alzar la voz. Cierto es que la legislación es muy garantista para los empresarios y que nos topamos contra imposibles legales que cuesta tanto entender a las plantillas. Tan cierto es todo eso como que, al contrario de otros países, solo hemos tenido tres décadas para conquistar derechos, y tan cierto como que, para la rancia caverna española, ya hemos conquistado demasiado e intentan que no solo no sigamos haciendo camino sino que desandemos el recorrido.

Para eso nada mejor que intentar vender la simpleza de que el empresario es quien crea empleo, y cuantos más derechos adquieren los empleados, menos empleo generan los empresarios porque menores son sus beneficios. Claro que si pagaran menos salario (aún), si costara menos despedir a los trabajadores, si obtienen mayores beneficios fiscales, si el dinero de las prestaciones por desempleo dejan de ir a quien pierde su trabajo y se destinan a incentivar a las empresas, si se acortan las vacaciones, si se trabajan más horas a la semana, si dejan de retribuirse las bajas por enfermedad podrán incrementar sus plantillas, pero eso no es creación de empleo, eso es el minero al que antes me refería. Y no hemos llegado hasta aquí para eso, si quieren fractura social, la habrá.

Hay que volver a crear consciencia, porque la fuerza de los sindicatos son los trabajadores, son las dos caras de una misma moneda, hay que visualizar donde está el peligro y con quien hay que ir de la mano para defender derechos comunes porque a veces, influenciados por tanta demagogia, se acaba asumiendo como propio el discurso del adversario. Es conveniente acercarse a los sindicatos, informarse, participar para canalizar las fobias en la dirección correcta, porque son nuestras conquistas, por las que lucharon muchos y las que les debemos a futuras generaciones.

Esa es nuestra lucha porque estos son nuestros derechos.

Miguel Ángel Salazar Temprado.
Delegado de Personal de CCOO Digitex La Carolina
Presidente del CE Digitex La Carolina.

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